Díaz-Miranda y Arias de Velasco, Eulogio

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Descripción

Don Eulogio Díaz-Miranda es un personaje de los que siendo auténticos líderes de su época, inexplicablemente es desconocido para los asturianos. Fue alcalde de Grado en los turnos liberales. Diputado provincial a Cortes Ordinarias y Constituyentes por Belmonte de Miranda y Grado, en 1854, 1871, 1876, 1878 y Extraordinarias de 1878. Perteneció a la Junta Suprema Asturiana (Diputación) por Grado en 1871 y de 1875 a 1877. Fue gobernador civil de Asturias en 1868.

Es D. Eulogio un fruto típico de su momento histórico o época; su padre, Jacinto Díaz-Miranda y González-Pardo, vive comprometido con los ideales de las Cortes de Cádiz, firmando la Constitución de 1812 y fue primer alcalde constitucional de la villa de Grado; su madre, D.ª M.ª del Carmen Arias de Velasco, era de familia «carlista» (su sobrino Francisco Arias de Velasco será nombrado por el pretendiente D. Jaime jefe del carlismo en Asturias); se unen, pues, en D. Eulogio las ideas liberales con las más conservadoras de su tiempo, hecho que hará que sirva de puente de unión entre ambas opciones políticas.

Nace D. Eulogio en la casa solariega llamada El Pontigo en el lugar de Sama de Grado (en la actualidad es la única casa que se conserva en poder de sus descendientes, poseyéndola la rama Prats Gurdiel) en el año 1819; casa del mayorazgo de su abuela materna González-Pardo. Al quedar huérfano de padre a corta edad es educado, como heredero de sus mayorazgos, entre la casa materna y la de su abuelo Sancho Díaz-Miranda y Fernández-Miranda, que fue miembro de la Junta del Principado y elegido provisor de cuentas mientras la guerra contra Napoleón, siendo después tachado, junto con su cuñado el mariscal Álvaro Armiñán y Cañedo, de afrancesados, por sus ideas liberales y constitucionales. Así criado en este ambiente desde joven, D. Eulogio forma parte del partido Progresista, pero unido con estrechos vínculos de amistad con D. Antonio Méndez Vigo, que le siguió en tantas vicisitudes como atravesaron los partidos políticos en esa época. Por eso, en 1854, cuando se iniciaron los trabajos para la refundición en uno solo de los antiguos partidos progresista y moderado, prestó su cooperación a aquella idea, y en las reuniones verificadas en la Universidad de Oviedo bajo la presidencia de D. Pedro Álvarez Celleruelo cooperó con su voto y consejo a que desapareciesen las antiguas diferencias contra todo exclusivismo, llegando a ser elegido diputado en las Cortes Constituyentes de 1854-56, representando a esta provincia con otros hijos ilustres de ella, tales como los generales San Miguel y Valdés, los señores Borbolla, Ruiz Gómez, Méndez Vigo y Escosura (D. Patricio). Tomó parte muy activa en cuantos actos políticos precedieron a la revolución de 1868 y hechos que la originaron. Así, ya en 1853 apoya los levantamientos que surgen en la provincia contra el régimen establecido, de una forma especial el surgido en Grado, levantamiento armado, que aunque condenado desde el principio, dirigido por su pariente Ceferino Rodríguez Cañedo, será la base para las futuras milicias nacionales que se constituirán en el Principado. En 1855 mantendrá a su costa, apoyado por los Borbolla y Ruiz Gómez las milicias nacionales en Grado, de las que estaba al frente como comandante del batallón D. José M.ª de la Llana, su cuñado. Destronada Isabel II, la adhesión de los militares a la revolución coincidió con las primeras manifestaciones populares animadas por los progresistas, demócratas y unionistas. Defiende D. Eulogio la necesidad de mantener como fuerza viva el partido «unionista», consiguiendo que en la elección a Cortes de 1869 de los doce diputados que correspondían a la región, los «unionistas», presididos por el marqués de Camposagrado, se alzasen con seis diputados, dos los carlistas, tres los progresistas y uno los demócratas.

Elegido diputado provincial en 1871, reinando Amadeo de Saboya, recibe con excepticismo esta época de la política al igual que el resto del país, siendo una época de escisiones dentro de los partidos, tanto los «unionistas» como los «progresistas» o los «republicanos». Así, en las elecciones de 1871, el bloque de oposición a la figura del monarca (moderados, carlistas y montpensieristas) logró un triunfo completo en el Principado a diferencia del resto de España, en donde triunfó la coalición gubernamental. El bloque antidinástico, formado por miembros del partido «moderado» y del «unionista», estableció acuerdos para la formación del Partido Alfonsino asturiano, cuyo primer núcleo se estableció en 1872, teniendo como objetivo el restablecimiento de los Borbones en el trono.

Durante sus distintas etapas como diputado a Cortes Ordinarias y Constituyentes en los años 1854, 71, 76 y 78 bis, tramita D. Eulogio Díaz-Miranda en las Cortes gran parte de lo que será el resurgir a la modernidad del Principado de Asturias; así, en 1855 se le pide que tramite la construcción del nuevo puerto de Gijón, siendo los peticionarios, entre otros, el conde de Revillagigedo, el marqués de San Esteban del Mar y D. Gaspar Cienfuegos Jovellanos. En esta época, oídos los distintos ayuntamientos, presenta a la reina la necesidad del cambio de Juzgado de Primera Instancia de Belmonte de Miranda a la villa de Grado. Entre 1853-1855 presenta el plan para poner el ferrocarril que uniese Sama de Langreo con Gijón, recibiendo un voto especial de gracias por la junta de accionistas del mismo. En 1855 tramita la carretera que unirá Avilés con Grado, pasando por Candamo. En 1860, a petición de D. Álvaro González Miranda, presentará la de la carretera de Builla de Quirós a Trubia pasando por Caranga, en 1872 será la carretera de Grado a Bayo, en 1876 la de Cornellana a La Espina y en 1877 la de Quirós a La Magdalena.

Preocupado por la enseñanza, dejará una manda testamentaria para que se construyan escuelas en Sama de Grado (cuyo edificio aún se conserva).

En 1840, D. Eulogio contrae matrimonio en Grado con doña Manuela Arango y Laguna, hija del general Manuel Arango y Cañedo, ayudante de Fuertes Acevedo. Tuvo siete hijos, teniendo especial interés en que los tres varones tuviesen estudios superiores y así fueron licenciado en Leyes, diplomático y médico, estando todos unidos en un mismo ideal político, así como sus yernos José Beltrán y Braulio Patallo.

A su muerte reparte el mayorazgo, que de siglos sus mayores habían ido engrandeciendo, a partes iguales entre sus hijas e hijas siendo consecuente con sus ideales.

Durante su vida fue muy conocido en su concejo, llegando a ser varias veces alcalde de Grado, como lo fue su padre, su hijo Manuel y su nieto Alberto Beltrán.

Alejado desde la Restauración de la vida política pública, volvió a tomar parte en ella en sus últimos años, e hizo gestiones para la reconstrucción del partido liberal de Asturias, cuando Sagasta fue llamado de nuevo al gobierno de la nación por parte de la reina regente. En 1892 se encarga de preparar la visita que hará Sagasta al Principado, recibiéndole él como cabeza del partido liberal.

Muere D. Eulogio Díaz-Miranda en 1894, siendo enterrado, según su deseo, en Sama de Grado; pasando los años, fue trasladado a la capilla de la casa solariega de los Díaz-Miranda, desde el siglo XV llamada El Quintanal, en el lugar de Bayo.

D. Eulogio Díaz Miranda firmó las tres Constituciones del siglo XIX, cuna de la Constitución española de 1978. Su pariente D. Álvaro Fernández-Miranda, en su obra Grado y su concejo, le define: «de muy buenos sentimientos, modesto, de simpático trato, nunca se aprovechó para determinados fines de su mayo o menor influencia en el Concejo, acusando el caballero de raza».

Fuente: Jesús Junquera Prats (secretario del Cabildo Catedral Metropolitano de Madrid y académico correspondiente de la Academia Asturiana de Heráldica y Genealogía), «D. Eulogio Díaz-Miranda y Arias de Velasco». Un ilustre asturiano que dedicó su vida al progreso del Principado en el siglo XIX», en Boletín de la Academia Asturiana de Heráldica y Genealogía (nº 5, Oviedo, marzo 1999); Historia de la Casa Díaz-Miranda y sucesores.

Concejo de Grado

Cruce de caminos —el de Santiago y el Camín Real de la Mesa—, fértiles huertas, minería, arquitectura medieval, religiosa, palaciega e indiana, gentes abiertas y comerciantes, mercados y fiestas, dulces… Todo es posible en Grado.

Los concejos (municipios) que limitan con el Concejo de Grado son: Belmonte de Miranda, Candamo, Las Regueras, Oviedo, Proaza, Salas, Santo Adriano y Yernes y Tameza. Cada uno de estos concejos (municipios) comparte fronteras geográficas con Grado, lo que implica que comparten límites territoriales y pueden tener interacciones políticas, sociales y económicas entre ellos.

Comarca del Camín Real de la Mesa

Fue el sueño de un Imperio, el romano, que ambicionaba las riquezas de la tierra y la bondad de sus gentes; es cruce de caminos —el de la Mesa, el de Santiago y la Senda del Oso—. Es el hogar de los osos pardos y Reserva de la Biosfera —la de las Ubiñas-La Mesa—.

La comarca está conformada por uno o varios concejos (municipios). En este caso: Belmonte de Miranda, Candamo, Grado, Las Regueras, Proaza, Quirós, Santo Adriano, Somiedo, Teverga y Yernes y Tameza. Los concejos representan las divisiones administrativas dentro de la comarca y son responsables de la gestión de los asuntos locales en cada municipio.

Conocer Asturias

«En resumen, Asturias es un verdadero paraíso natural con sus impresionantes montañas, costas escarpadas y encantadores pueblos. Es un lugar ideal para los amantes de la naturaleza y aquellos que buscan escapar del bullicio de la ciudad y disfrutar de la serenidad de entornos naturales hermosos.»